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25 de mayo de 2013

Stand your ground

A veces rendirse es la opción más fácil, especialmente cuando los demás triunfan sin esfuerzo aparente. La mayoría de las veces "rendirse" es solo un eufemismo de 'darlo por perdido'. Existen muchas situaciones en las que lo más inteligente es abandonar y dedicar las energías a otra cosa. Pero hay algunas en las que no, hay algunas en las que rendirse ni siquiera es una opción, ni tan solo una remotísima posibilidad. Porque, verás, uno no puede rendirse en la vida, no puedes darte por perdido. No puedes abandonarte y dejar que la masa te arrastre, no puedes renunciar a ser alguien, a ser especial, a ser tú. No dejes que el peso de las circunstancias te aplaste, no te hundas en la nada. Sí, los habrá en este mundo que irán por delante pero eso no los convierte en inalcanzables. ¿No los alcanzas corriendo? No pasa nada, para, piensa, hazte con una bici y adelántalos a todos.  ¿Quieres ejemplos de superación? ¿de perseverancia? ¿de ilusos, soñadores y, al fin, triunfadores? Mira a tu alrededor, mira tu historia. Quisimos correr más que los caballos, construímos coches; quisimos surcar los cielos, ahora volamos más alto que los pájaros; se nos antojó pisar la Luna, ahí está nuestra huella. Alguien que se hubiese rendido jamás habría roto las nubes, como mucho se habría contentado con soñarse haciéndolo. 

"Nunca lo sabrás si no lo intentas" es buen argumento para animar y rescatar a los cansados. Si te rindes renuncias a un futuro, abandonas un sueño, matas parte de ti. Hasta que no te hayas estrujado el cerebro, agotado el cuerpo, hasta que no te hayas roto los dientes intentando hacer despegar el maldito avión, hasta que verdaderamente no hay más, que no exista más de ti. Hasta entonces, tu deber, tu obligación, es seguir adelante

20 de mayo de 2013

Microrrelatos

Se creían libres
hasta que los barrotes de su jaula
les partieron la cara.


Volaba alto
pero la fuerza de la realidad
lo aplastó contra el suelo.


Se durmió para huir de la horrible realidad
y cuando quiso despertar
ya estaba muerto.

Hablemos

Hablemos de granos de arena en las plantas de los pies, de brisas calmadas y del bailar de las olas. Hablemos de gaviotas inquietas y niños felices, del sol hundiéndose en el agua cada tarde. Hablemos de pieles cubiertas de sal, del calor agradable de las noches de Agosto. De los libros de playa y de reggae sonando sin pausa. Hablemos también de noches ahumadas acunadas por el murmullo de las olas, de poemas escritos en la arena y de apasionadas historias que terminan en espuma. Y, por qué no, hablemos también de caracolas y barcos pirata, de castillos de arena y sueños de atardecer. Del eterno cortejo del mar a la tierra, del nocturno camino de plata que va de la orilla al infinito.
Hablemos de calma y de tiempo.
Hablemos de verano.




7 de mayo de 2013

In memoriam


Cada cual honra o llora a los muertos como puede, como sabe o como le sale. Desde lágrimas sueltas a catedrales, pasando por llantos desconsolados, esculturas, sinfonías o poemas. Yo no soy ni propenso al llanto ni arquitecto, ni mucho menos millonario, tampoco soy escultor ni compositor, aún menos capaz de elegías como las de Lorca. Yo tengo mi cabeza y mis palabras y no soy particularmente sobresaliente con ninguna de ellas. A mi los sentimientos me salen en formato texto, yo lloro letras. Me expreso o teorizo o se me va la olla y vomito incoherencias, según. En cualquier caso, te regalo mis palabras. 



          Una sombra, justicia, llanto, desgarro, dolor, bendición, indiferencia. Eternidad, castigo, recompensa, fin, principio, alivio, paz, pena... La muerte es muchas cosas, según para quien. Nunca un sufrimiento en sí para el difunto aunque a veces el más terrible desgarro para los aún vivos. Existen tantas formas de entender la muerte como personas y es probablemente uno de los elementos más íntimos del 'yo', tanto la forma de ver la muerte de los otros como de ver la propia. Según entendamos la muerte entenderemos la vida, o viceversa, y las diferencias entre unos y otros sobre este aspecto son abismales.