
Echa a andar, a correr, a volar. Hacia adelante, hacia atrás, a un lado o al otro. Sobre tus pies o tus manos. En zapatos, deportivas o descalzo. Asfalto, hierba o arena. Da igual, pero no te pares nunca. Que nada frene tus pasos, que nada te impida seguir adelante, que tus recuerdos no te aten, que tus sentimientos no sean tu ancla. Se libre de irte y de volver. Tu hogar es tan grande como puedas soñar. Y nada debe detenerte cuando quieras ir tras tus sueños.