Los ingleses al otoño lo llaman caída (fall) y saben de lo que hablan. Caen las hojas y con ellas los ánimos, cae la temperatura y el vaho llena el aire, cae el agua y los charcos llenan las calles, hasta el sol cae, cansado y sin fuerza.
En otoño caen los sueños y las alegrias, caen las ganas y las sonrisas. Tristes y cansados, caemos.
Pero no queremos caer solos, queremos compañía. Compañía para las largas noches de frío, para los días de lluvia, para las mañanas nubladas y las tardes de viento. Queremos su calor, su risa y su voz. Queremos alguien que nos abrace, que nos seque las lágrimas y nos levante los ánimos.