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5 de septiembre de 2011

Reflexiones al borde de un acantilado.


Es entretenido investigar algo apasionante, todo misterio es interesante, sin embargo, no hay que olvidar que ahí fuera hay miles de tesoros por descubrir. Tenemos la estúpida tendencia de obsesionarnos con algo olvidando el resto de cosas, iguales o mejores. Nos molestan tonterías, nimiedades, detalles absurdos que mirados con perspectiva nos parecen ridículos pero que en el momento de nuestra obcecación son un mundo. Nos ciegan las emociones, nos colapsan provocando reacciones inesperadas. Por eso nunca debemos perder el Norte, hay que recordar que hay cosas que no son tan importantes como creemos. Podemos vivir sin ellas. De nada sirve quemarse ante un imposible o agotar energías en algo que no lleva a ninguna parte.


"Si lloras por haber perdido el Sol, tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas" Rabindranath Tagore


Aún así, hay ciertas cosas que para lograrlas requieren de toda nuestra atención dejando de lado todas las estrellas, salvo una. Pero... ¿cómo saber cuándo merecen la pena?


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