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25 de marzo de 2012

Una luz en la oscuridad

Ruido de cañones, polvo, humo, edificios derrumbándose. Truenos, viento, muros de lluvia. Llamas que desafían a las aguas del cielo, columnas de fuego reemplazan a las de piedra. La calma parece haber desaparecido del vocabulario de los presentes, la tranquilidad no es más que un vago y difuso recuerdo y la palabra 'felicidad' es una melodía desconocida.

Sin embargo, en este mundo en colapso queda un punto en paz. Un pequeño bastión ajeno a la destrucción que resiste cada envite de las olas de caos con una solidez asombrosa. Un pequeño rincón en el que se refugian las personas y de la que mana la energía necesaria para que se mantenga unido el mundo. Una tabla de madera en mitad de la tormenta que nos salva de hundirnos. Es el viento que hincha nuestras velas en pleno naufragio. Una mano invisible que nos ayuda a levantarnos y a salir de los abismos más profundos. Nos recuerda que no todo está perdido, que queda algo por lo que seguir adelante.  El amor tiene muchas formas e incluso muchos nombres. Pero una cosa es clara, sin él, el mundo no sería.


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