Hablemos de granos de arena en las plantas de los pies, de brisas calmadas y del bailar de las olas. Hablemos de gaviotas inquietas y niños felices, del sol hundiéndose en el agua cada tarde. Hablemos de pieles cubiertas de sal, del calor agradable de las noches de Agosto. De los libros de playa y de reggae sonando sin pausa. Hablemos también de noches ahumadas acunadas por el murmullo de las olas, de poemas escritos en la arena y de apasionadas historias que terminan en espuma. Y, por qué no, hablemos también de caracolas y barcos pirata, de castillos de arena y sueños de atardecer. Del eterno cortejo del mar a la tierra, del nocturno camino de plata que va de la orilla al infinito.
Hablemos de calma y de tiempo.
Hablemos de verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario