Más vale una retirada a tiempo.... que te destrocen vivo, para que engañarnos. Y sin ser tan dramáticos, las cosas hay que tomárselas con frialdad, como si fuese una partida de póker. Hay que saber cuando ya no puedes ganar, cuando no merece arriesgar tanto. Y en ese momento, retirarse lo más silenciosamente posible y dejar a los otros que sigan la partida. Pues mejor retirarse a tiempo que perder hasta la dignidad.
Las autoridades literarias advierten:
Los textos contenidos en este blog pueden o pueden no ser un reflejo de la realidad. En caso de duda, evite tomárselos demasiado en serio o sacar conclusiones precipitadas.
El autor no se hace responsable del efecto que pudiesen causar sus textos. Tampoco se garantiza que los puntos de vista expresados en este blog sean coherentes, constantes o similares en algún sentido a los del autor.
Si tiene cualquier queja, pregunta, sugerencia o quiere expresar lo mucho que le pica un pie, adelante, comente.
13 de septiembre de 2011
Bets
Más vale una retirada a tiempo.... que te destrocen vivo, para que engañarnos. Y sin ser tan dramáticos, las cosas hay que tomárselas con frialdad, como si fuese una partida de póker. Hay que saber cuando ya no puedes ganar, cuando no merece arriesgar tanto. Y en ese momento, retirarse lo más silenciosamente posible y dejar a los otros que sigan la partida. Pues mejor retirarse a tiempo que perder hasta la dignidad.
5 de septiembre de 2011
Ink veins
Ira, rabia, furia, cólera, cabreo.
hydfgghjhjza
No me salen las palabras.
Me quemo, me canso.
Me apetece pegarle a algo.
Sangro tinta. Ríos de palabras.
Me pierdo por senderos negros y retorcidos que atraviesan mis cuadernos.
Out.
Reflexiones al borde de un acantilado.
"Si lloras por haber perdido el Sol, tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas" Rabindranath Tagore
Aún así, hay ciertas cosas que para lograrlas requieren de toda nuestra atención dejando de lado todas las estrellas, salvo una. Pero... ¿cómo saber cuándo merecen la pena?
3 de septiembre de 2011
Suena el silencio.
Qué noche más triste, hoy ni la Luna me acompaña. Pastillas para el dolor de cabeza y té hirviendo. Las historias de amor y los lamentos estúpidos se han quedado en la misma caja que la botella de vodka y los sueños rotos. Hoy tampoco es el día de las ilusiones, ni siquiera de las vagas esperanzas. El ruido de las olas brilla por su ausencia, apenas un leve rumor. Ni un coche, si acaso una voz a lo lejos. Es, repito, una noche triste, solitaria, abrumadoramente tranquila.
Mi gato, mi dolor de cabeza y yo nos despedimos.
Mi gato, mi dolor de cabeza y yo nos despedimos.
Menorca, 26 de agosto, la una de la mañana.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)