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9 de septiembre de 2014

Compartimos



Compartimos. Somos animales sociales y tenemos una tendencia irrefrenable a compartir las vivencias personales con el resto. A buscar su aprobación y simpatía. Para bien o para mal, nos relacionamos con el entorno a través de constructos sociales. Vivimos por y para los demás, aunque la mayor parte del tiempo no seamos conscientes de ello. Le hemos puesto nombre a nuestras emociones y sentimientos, pero en el momento en el que lo hacemos dejan de ser nuestras y pasan a querer amoldarse a un concepto abstracto. Los nombres limitan y dan forma a la realidad, deja de ser la cosa y pasa a ser la idea. Por eso inconscientemente no nos terminan de convencer las etiquetas, sabemos que algo falla. Por eso muchas parejas no quieren "darle nombre a lo suyo", porque es suyo y de nadie más. Porque nombrar es controlar, es poder. Pero por mucho que nos pueda molestar, nada es real hasta que tiene un nombre.

Nada es real si no es compartido. 

Y eso lo sabemos todos. 

 Happiness is only real when shared.

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